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En Colombia las principales víctimas de la discriminación racial y el racismo son los miembros de los pueblos indígenas y las comunidades afro descendientes. No obstante, en la escuela, somos víctimas de racismo incluso aquellos que no pertenecemos a dichas comunidades.

Por ejemplo, yo soy una chica de tez morena, ojos oscuros y cabello lacio, proveniente de la costa caribe colombiana, para ser más exacta de Corozal, Sucre. Se preguntaran ¿por qué les digo todo esto? y es porque quería compartir mi historia y por si en algún momento a alguien le pasa, recuerde mis palabras.

Este mensaje que ahora te digo, me tomó tiempo interiorizar y tomar como propias, porque estaba dañada, al punto de llorar y pedir a mis padres un cambio de color, cualquiera era bueno menos el moreno o cualquier otro tono oscuro o negro, es más les pedía que si querían me pintaran de fucsia, pero esa no era la solución, jamás lo sería ¿saben cuál fue?

La solución fue empezar a aceptarme tal cual como era. Mi primer paso fue pararme frente a un espejo y decir: -  Soy bella tal como soy, mi color moreno no es feo, es lindo. Mi segundo paso fue demostrarle a los demás que sus palabras ya no me afectaban. El tercer paso, fue interiorizar mis palabras, decir: me amo como soy; tal cual si fuera un mantra ¿por qué? porque así se empieza a hacer la diferencia, cuando tu empiezas a aceptarte a ti mismo, allí es donde el mundo se da cuenta que no puede derrumbarte, que eres más de lo que demuestras, pero esto no acaba aquí.

Ahora, la discriminación y el racismo son una problemática que acoge a toda la sociedad y por lo tanto todos tenemos responsabilidad para ayudar a mitigarla, no simplemente es aceptación propia, también, debemos llevar a cabo acciones como lo son: seguir hablando de racismo en Colombia para reflexionar en torno a la historia, la memoria y el legado ancestral de la comunidad afro descendiente; asimismo, para conocer las diferentes formas de violencia que se han ejercido sobre los cuerpos y el territorio afrocolombiano.

Debemos entender que el racismo existe, que es una de las formas de violencia más antiguas, que esta discriminación legítima la desigualdad y roba vidas. Nuestro lenguaje puede hacer que sigamos perpetuando el racismo estructural, por eso nuestro lenguaje debe jugar un papel importante en la lucha antirracista, haciéndonos conscientes de la forma en cómo nos relacionamos y hablamos para no discriminar, violentar, cosificar y sexualizar a la gente afro descendiente.

El lenguaje debe reconstruirse para que podamos ser una sociedad más justa y equitativa; y de la misma manera, el lenguaje debe ser un instrumento para que los pueblos afrocolombianos, raizales y palenqueros cuenten sus propias historias desde su propio territorio.

Aquí la educación es imprescindible para avanzar y contribuir a que las personas racializadas sean reconocidas como iguales, como sujetos dignos y garantes de derechos.¡Amémonos a nosotros mismos, pero también, enseñemos a amar!

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