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3 de Abril
Cuando vienen las temperaturas bajas, nuestra piel empieza a sentir estos cambios. La piel se reseca un poco más que antes con el frío y queda más expuesta a daños externos que pueden provocar más imperfecciones, incluidos brotes de acné.
Lo más importante a la hora de modificar nuestra rutina para temperaturas más bajas es tener en cuenta que no debemos cambiar todo sino mantener algunos productos que ya venimos usando y paulatinamente ir modificando.
La piel va a necesitar más hidratación, la calefacción, el cambio brusco de temperatura cuando salimos a la calle va a hacer que la piel se deshidrate más fácilmente. Por lo que debemos incorporar cremas o emulsiones un poco más pesadas con activos como ceramidas, pantenol y ácido hialurónico para fortalecer la barrera de la piel.
La barrera de la piel es el manto que protege al órgano de los agentes externos como el sol, el viento, el smog que pueden dañarla y perder los lípidos que necesita para estar saludable. Si nuestra piel prefiere cremas más ligeras, de día podemos seguir usando alguna liviana y de noche usar una más pesada.
También a la hora de la limpieza podemos cambiar el gel que solemos usar en verano a una leche de limpieza o un gel más gentil, que no va a secar la piel desde el primer momento.Es el momento en invierno de incorporar renovadores y ácidos. Dependiendo del tipo de piel podemos incorporar los llamados AHAS o retinol.
La doble limpieza con aceite o agua micelar en un primer paso y un gel suave en el segundo, va a hacer que cualquier resto de maquillaje o protector solar se remueva suavemente y evitar la fricción.
Los ahas como el glicólico y mandélico ayudan a renovar y exfoliar la piel progresivamente, removiendo células muertas y dándole un glow saludable. El retinol además de combatir signos de la edad nos ayuda a equilibrar la piel y atenuar manchas.
Estos renovadores podemos empezar a incorporarlos algunas veces a la semana dependiendo la tolerancia o sensibilidad que tengamos. Es ideal el otoño invierno para comenzar a usarlos ya que no estamos tan expuestos al sol y no hay tantas actividades al aire libre, pero podemos usarlo durante todo el año si tenemos los recaudos suficientes y si ya lo usamos en esta época. Si pasa el invierno sin incorporar un renovador, el verano no es momento de sumarlos.
Un tip para el invierno es utilizar algún aceite facial para sellar la rutina y así retener hidratación. Puede ser aceite de jojoba o argán.
Algo que podemos usar cuando tenemos calefacción muy fuerte son brumas hidratantes. Rociar un par de veces durante el día va a refrescar la piel, ojo con las aguas termales, pueden utilizarse pero no más de tres veces por día para evitar deshidratación por sus minerales.
Aunque tengamos piel oleosa, no debemos utilizar productos secativos salvo que sea extremadamente necesario.
Aplicar sueros calmantes o con activos como la niacinamida, también nos van a ayudar con los cambios bruscos de temperatura.
Si bien los baños calientes son super relajantes, lo ideal es no bañarse con agua muy muy caliente ya que puede deshidratar la piel de todo nuestro cuerpo, ni hablar de no lavarse la cara en la ducha y hacerlo con temperatura ambiente en otro lado. La presión del agua y la temperatura pueden dañarla. Cuando salimos de la ducha no olvidemos colocar cremas con urea o vitamina A para hidratar todo el cuerpo.
Para labios resecos vaselina sólida es un buen aliado, también productos con vitamina E. Podemos aplicar una capa generosa antes de ir a dormir para evitar la deshidratación y que se resquebrajan.
Con todos estos tips, vas a mantener tu piel saludable y luminosa durante todo el invierno. ¡Cuéntanos qué consejos quieres aplicar?
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