Volver a
16 de Marzo
¡Chicas recibamos a una nueva invitada que nos va a hablar sobre un tema súper interesante, para llenarnos de Loving! Ella es… (suenan redobles) ¡¡Nat Córdoba!!, más conocida como @elblogdenatt en redes sociales. Nat es una mujer real, que le encanta empoderar a otras mujeres desde sus día a día, contando cómo vive su vida al máximo, así que no pueden perderse las palabras tan valiosas que ella tiene para todas nosotras:
¡Ser los adultos que necesitábamos a nuestro alrededor cuando fuimos niñas y niños! Siento que de eso se trata. Hablar del bullying sin llevarlo al rol fundamental que tenemos las y los adultos, sería casi algo que se queda a mitad de camino.
Cuando era niña, en la escuela sufrí bullying. Me decían que tenía nariz muy grande, narizona, que mi cuerpo era deforme, que era fea. Varias veces hablaban de mi forma de vestir, de mis recursos. Cuando llegaba a mi casa, le contaba a mi mamá y papá y lo que ellos podían decirme, con sus herramientas, era: “no te preocupes, no pasa nada, no es así, sigue adelante“. Y eso pude hacer. Pero para la niña que era en ese momento, era muchísima información por procesar. Todavía lo estoy haciendo.
Para la niña, la escuela era un mundo, era un lugar de pertenencia, era un lugar para sentirse segura y no estaba sucediendo así. Eso es lo que creo, que el bullying destruye lentamente la emocionalidad de cada niña y cada niño. Negar esas situaciones es parte del problema.
Hoy tenemos herramientas para hacer algo: por nosotras, por las niñas y niños que fuimos, y por los que hoy lo sufren. Lo que nuestras niñas y niños escuchan es lo que pueden replicar, muchas veces. Cómo nos dirigimos a ellas y ellos es como van a dirigirse a sus pares. Las palabras que les digamos son las que van a utilizar para hablar, para contener, acompañar, estar atentos y ser cuidadosos. Es lo que debiéramos proponernos.
El alcance.
Las redes pusieron al alcance de cualquier persona y de todos la posibilidad de comentar, opinar, decir sobre otra persona, sobre su cuerpo , sobre su aspecto físico, lo primero que se nos ocurra. Sabernos responsables de esta situación es parte de la solución. Ser indiferentes es perpetuar el círculo vicioso de “decir lo que me plazca”.
Entender que las redes sociales hoy son un espacio de relación, de vínculo, y no tomarlo a la ligera puede ser el primer paso. Las redes son vinculares. Eso significa que la forma en que hablemos de otra persona a través de los caracteres de un espacio virtual es casi igual, o sino idéntico, a dirigirnos en persona.
La diferencia está en el alcance que eso pueda tener: el alcance emocional. Lo que provoca en la otra persona a quien nos dirigimos. ¿No nos pasa varias veces de leer o escuchar algo en Instagram que nos provoca sensaciones inesperadas como tristeza, angustia, incertidumbre?
Un ejercicio podría ser: detenernos antes de decir y pensar si eso que vamos a decir puede lastimar, confundir o herir a la otra persona. Si la respuesta es SÍ. Simple, no lo decimos, no lo escribimos. No es trascendente para nadie.
Hoy en día, el acceso de las niñas y niños a la tecnología sucede desde temprana edad. Y la utilización de aplicaciones de vinculación se promedia entre los 10 y los 12 años. La virtualidad está empezando a ser la nueva forma de relación.
Cuidar todos los espacios.
Aprender a relacionarnos con otras personas es parte del aprendizaje social. Sumaría que aprender a hacerlo con libertad, sin prejuicios, naturalizando las diferencias, es el camino. Todas y todos estamos en ese camino. Algunas veces damos dos o tres pasos hacia adelante y luego volvemos uno hacia atrás. Porque estamos desaprendiendo y volviendo a escribir nuestra historia. Las niñas y niños están empezando de cero. La historia que pueden escribir es otra.
Cuidar las relaciones personales presenciales y las virtuales. El bullying se escabulle sutilmente en todas partes. El bullying algunas veces hasta puede parecer “gracioso”, pero no lo es. No lo es para nadie. El bullying es acoso. Y puede surgir de nosotras y nosotros, los adultos. Interrogar. Escucharnos. Si dices algo a una persona sobre su aspecto físico estás perpetuando que se puede hablar del cuerpo de otras personas. Pues no. No se puede, no debemos, porque nuestros cuerpos son especiales y únicos.
Hacer espacios seguros físicos y en la red, en la virtualidad. Generar espacios de respeto. Libres, sin discriminación, sin xeonofobia (fobia a los extranjeros). Espacios de contención.
Empieza por mí, empieza por ti y empieza por cada una y uno de nosotros. Súmate también y cambia el Bullying por Loving.
En Nosotras nos alegra mucho fomentar una comunidad de amor, donde el bullying se vuelve Loving con cada cambio que hacemos cada uno de nosotros, hoy más que siempre, queremos invitarte a que te unas a nuestra comunidad y nos ayudes a seguir cambiando el Bullying por Loving. ¡¡Lee nuestro artículos ‘Este 2021, y siempre, ¡cambiemos el bullying por Loving! ’!!
Déjanos tus comentarios