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Cuando estás en esos días, y te sentís mucho más sensible, adelante, desahógate mujer, no sientas culpa.

Si sentís que necesitás un buen descanso, siendo igual las 10 de la mañana, adelante mujer, no sientas culpa.

Si de repente con los años llegan los cambios y de tus labios se escapa un aireo o de tu garganta un tono ensordecedor, está bien mujer, no sientas culpa.

Si te antoja ese café en una esquina antes de llegar a casa, adelante, bébelo mujer, no sientas culpa.

Si te nacen ganas de gastar los ahorros para la heladera o en un breve viaje vacacional, adelante, ve mujer, no sientas culpa.

Si por primera vez en tu vida querés el pelo corto, sin importar los años, adelante, lucite mujer, no sientas culpa.

Si te siguen gustando esas blusas con colores vivos de los 2000, y querés usarlas, póntelas mujer, no sientas culpa.

Si nunca tuviste un gato porque no te dejaron, ahora es el momento, adelante, adoptalo mujer, no sientas culpa.

Si hay detalles de tu pasado de los cuales preferís no recordar, adelante, no tengas miedo de decir -No quiero hablar de eso -, no sientas culpa.

Si aguantaste años una relación solo por los ojos de la sociedad, adelante, liberate mujer, no sientas culpa.

Si te gusta una canción que a los otros no, adelante, a todo pulmón, como si estuvieras sola en la ducha mujer, no sientas culpa.

Si sos muy joven o estás en el otoño de tu vida, y se te antoja un tatuaje, adelante con toda la seguridad y la tinta mujer, no sientas culpa.

Esto es solo un poco de los tantos motivos por los que vos mujer siempre debés de sentirte segura, y jamás pero jamás sentir culpa.

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