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5 de Julio
Una de las cualidades que Nosotras siempre vamos a destacar en las personas es la capacidad para, como dicen por ahí, “ponerse en los zapatos del otro”, porque entender su mundo e interpretar sus emociones para crear relaciones sólidas y de empatía puede ser uno de los procesos más complejos, pero a su vez, más estimulantes que encontramos.
De hecho, dicha empatía y sensibilidad ha sido estudiada en los últimos años por muchos profesionales, los cuales se interesaron por las personas que tienen un desarrollo del sistema nervioso que les permite percibir detalles de su entorno que las demás personas no logran ver. Por ejemplo, los sonidos altos, las luces muy brillantes o los episodios de dolor pueden afectarles profundamente.
La elevada sensibilidad de estas personas llevó a los expertos a denominarlas PAS (Personas Altamente Sensibles) y aunque todavía es un tema poco comentado, se calcula que entre un 15% o 20% de la población presenta esta cualidad que en ningún caso puede considerarse una enfermedad.
Por lo anterior, si has vivido experiencias en donde sientes que te conmueves fácilmente o las personas a tu alrededor suelen señalarte por ser “muy llorona”, “pensar demasiado las cosas” o “exagerar con tus emociones”, no las reprimas, porque aquí te contaremos lo muy especial de las personas altamente sensibles y algunas características particulares para saber si entras en este grupo.
Las personas altamente sensibles son aquellas que desarrollan una gran empatía con los sucesos que las rodean, al punto de sufrir en exceso, generalmente son poco comprendidas, pues se suele creer que sobreactúan sus emociones.
Es importante puntualizar que las personas altamente sensibles no tienen un trastorno a corregir. Por el contrario, se trata de un rasgo distintivo en su personalidad que cambia según sus necesidades individuales y sus procesos sensoriales. Aquí te contamos algunas de sus características.
Suelen pensar con mayor detalle las cosas. Nunca toman decisiones apresuradas sin antes examinar todos los puntos de vista.
Tienen mayor desarrollo de habilidades relacionadas con la creatividad y el arte.
Sus neuronas espejo, es decir, aquellas que buscan imitar inconscientemente los comportamientos del otro, les permite tener una mejor capacidad de empatía.
Su vida es mucho más intensa gracias a sus emociones. La tristeza, dolor o felicidad están altamente conectadas con las experiencias del otro.
Suelen ser más detallistas porque perciben de manera más acertada la información sensorial que les brinda su entorno.
Según estudios, PAS se nace, no se hace, y de hecho se cree que este rasgo de personalidad tiene una importante carga genética, por lo cual es muy probable que desde el nacimiento las personas sean muy sensibles a los cambios y necesiten en mayor medida del contacto físico de sus padres o cuidadores.
Para reconocer si eres una persona altamente sensible puedes empezar reconociendo si te sientes identificada con las características previamente descritas. Sin embargo, si deseas tener una mayor certeza puedes realizarte una prueba de personalidad psicológica, la cual arrojará un resultado positivo o negativo.
Esta prueba consiste en un cuestionario de 20 preguntas creado por la doctora Elaine Aron, una de las principales especialistas atraídas por el estudio de la información sensorial y la personalidad. Aquí se pone a prueba la capacidad de reflexión, si existe una tendencia a sobre estimularse y si se presenta una tendencia emocional ligada a una capacidad empática con los otros.
Ojalá tuviéramos una bola de cristal mágica para poder conocer y definir el mundo de una persona altamente sensible, pero como aún no llegamos a tal nivel, nos basamos en estudios explicativos, los cuales definen la vida del PAS como altamente propensos a asustarse con situaciones que no puede controlar, sentir la necesidad de caer bien buscando cariño, agobiado con la idea de perfección y una constante sensación de incomprensión.
Primero queremos que sepas que estás palabras que estás leyendo hoy no son por casualidad, sino porque muy probablemente llevas bastante tiempo buscando una explicación para tus emociones, incluso las que llegan sin previo aviso y parecen no tener causa alguna.
¡Pero cuidado! No te aseguramos que el ser una persona sensible te haga ser parte del porcentaje de personas catalogadas como personas altamente sensibles, pero sea cual sea tu caso, mereces saber que las emociones deben gestionarse y ninguna de ellas son buenas o malas, simplemente son válidas.
Conozcamos algunos tips que nos pueden ayudar a manejar nuestras emociones si somos personas altamente sensibles.
“Tú te conoces mejor que nadie”: Sabemos que esta frase puede tener muchos matices. De hecho, la asemejamos al momento en que vamos a terapia y el psicólogo nos dice que “nuestro futuro depende de nosotros mismos” y nosotros no sabemos ni qué pasa en nuestro presente.
Sin embargo, la vida es una montaña rusa de emociones y experiencias que nos sitúan en diferentes posiciones y la incertidumbre es una sensación con la que debemos aprender a vivir, porque por mucho que queramos controlar el destino, es el destino el que termina controlándonos a nosotros. Por esto, el autoconocimiento es uno de los mejores ejercicios que podemos poner en práctica para ser conscientes de nuestra sensibilidad y las ventajas positivas que nos aporta.
“Primero yo”: Entender que pensar primero en ti no es una medida egoísta, como en muchos casos nos lo han hecho creer. ¡Es más! Pensar primero en tu bienestar es poner a los otros como prioridad, pues primero necesitas garantizar tu salud emocional para ayudar a los otros en sus respectivos procesos.
En la medida de lo posible evita todos los estímulos que representan un exceso de información para tu cerebro. En caso de que esto resulte ser una tarea muy compleja, encuentra siempre un lugar adecuado para meditar y relajarte controlando tu respiración y evitando el estrés. No obstante, si sientes que tus respuestas emocionales son muy fuertes, consulta con un psicólogo al respecto.
“No, no y no”: Si pudiéramos crear nuestro propio diccionario seguramente la palabra “no” sería catalogada como una de las más difíciles de pronunciar, porque a todos nos cuesta negarnos a lo que alguien a quien queremos nos pide, pero poner límites es fundamental para garantizar el bienestar y no tiene nada que ver con el egoísmo.
Por último, pero no menos importante, si te sentiste identificada con alguna característica descrita en este artículo queremos felicitarte, porque la sensibilidad es el poder transformador que mueve el mundo. O si no, pregúntate ¿cuántas veces conocemos personas que suelen normalizar la violencia, la felicidad o a las cuales su vida se les convierte en paisaje?
Nosotras, por lo tanto, creemos que las personas que cambian el mundo son aquellas que tienen siempre la capacidad de conmoverse, moverse y actuar por el bien del otro. Así que ten siempre presente que tú y tus emociones hacen del mundo un lugar mejor.
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